Los coches actuales de Fórmula 1 son de cabina abierta, con motor central y de una sóla plaza (monoplaza). El chasis está formado en gran parte por compuestos de fibra de carbono, lo que los hace ligeros y también muy duros y resistentes. El coche completo (incluyendo el motor, los líquidos, y el conductor), pesa sólo 600kg (el peso mínimo establecido por la normativa). La construcción de los coches suele ser más ligera que el mínimo, por lo que son lastrados para adaptarse al peso permitido. Los equipos de F-1 aprovechan el lastre, poniéndolo en el extremo inferior del chasis, con lo que sitúan el centro de gravedad lo más bajo posible a fin de mejorar la maniobrabilidad y la transferencia de peso.
La velocidad de los coches de F1 depende en gran medida de la presión vertical aerodinámica que generan, una presión que empuja hacia abajo al coche en la pista. Esta aerodinámica la proporcionan unas 'alas' montadas en la parte delantera y trasera del vehículo, y también el efecto tierra creado por la baja presión de aire bajo el fondo plano del coche. El diseño aerodinámico de los coches está muy limitado por el rendimiento, y la actual generación de coches deportivos utiliza un gran número de pequeñas aletas diseñadas para controlar el flujo del aire por encima, debajo y alrededor de los coches.
El otro gran factor de control de las curvas de velocidad en los coches es el diseño de los neumáticos. Desde 1998, los neumáticos en la Fórmula Uno ya no son 'slicks' (neumáticos sin banda de rodadura), al contrario que en la mayoría de las otras competiciones. En lugar de ello, cada neumático tiene cuatro grandes ranuras circunferenciales en su superficie, destinadas a limitar la velocidad en curva de los automóviles. Los neumáticos slicks volverán a la Fórmula 1 en la temporada 2009.
La suspensión es de doble Wishbone o multienlace, con resortes y amortiguadores en el chasis. Se utilizan frenos de disco carbono-carbono, para reducir el peso y aumentar el rendimiento de fricción. Este tipo de frenos proporciona un rendimiento de frenado muy alto, y generalmente son el elemento que provoca mayor reacción en los conductores novatos de la F-1.
Los motores deben ser de 2.4 litros, V8 de aspiración natural, con muchas limitaciones en su diseño y en los materiales que pueden utilizarse. En los motores se usa combustible sin plomo, muy parecido a la gasolina a disposición del público. El aceite que lubrica y protege el motor del sobrecalentamiento es muy similar en viscosidad al agua. La generación de motores de 2006 giraba hasta a 20000 rpm, y producía 780 CV (582 kW). Para 2007, los motores se limitaron a 19000 rpm.
Una amplia variedad de tecnologías (incluyendo la suspensión activa, el efecto suelo y los turbocompresores) están prohibidos por la normativa vigente. A pesar de ello, la generación actual de coches puede alcanzar velocidades de hasta 350 km/h en algunos circuitos. El récord de velocidad de un coche de Fórmula 1, fuera de los circuitos, lo ostenta un Honda corriendo en una pista de mínima presión vertical en el desierto de Mojave, y que alcanzó una velocidad máxima de 415 km/h en 2006.
La velocidad de los coches de F1 depende en gran medida de la presión vertical aerodinámica que generan, una presión que empuja hacia abajo al coche en la pista. Esta aerodinámica la proporcionan unas 'alas' montadas en la parte delantera y trasera del vehículo, y también el efecto tierra creado por la baja presión de aire bajo el fondo plano del coche. El diseño aerodinámico de los coches está muy limitado por el rendimiento, y la actual generación de coches deportivos utiliza un gran número de pequeñas aletas diseñadas para controlar el flujo del aire por encima, debajo y alrededor de los coches.
El otro gran factor de control de las curvas de velocidad en los coches es el diseño de los neumáticos. Desde 1998, los neumáticos en la Fórmula Uno ya no son 'slicks' (neumáticos sin banda de rodadura), al contrario que en la mayoría de las otras competiciones. En lugar de ello, cada neumático tiene cuatro grandes ranuras circunferenciales en su superficie, destinadas a limitar la velocidad en curva de los automóviles. Los neumáticos slicks volverán a la Fórmula 1 en la temporada 2009.
La suspensión es de doble Wishbone o multienlace, con resortes y amortiguadores en el chasis. Se utilizan frenos de disco carbono-carbono, para reducir el peso y aumentar el rendimiento de fricción. Este tipo de frenos proporciona un rendimiento de frenado muy alto, y generalmente son el elemento que provoca mayor reacción en los conductores novatos de la F-1.
Los motores deben ser de 2.4 litros, V8 de aspiración natural, con muchas limitaciones en su diseño y en los materiales que pueden utilizarse. En los motores se usa combustible sin plomo, muy parecido a la gasolina a disposición del público. El aceite que lubrica y protege el motor del sobrecalentamiento es muy similar en viscosidad al agua. La generación de motores de 2006 giraba hasta a 20000 rpm, y producía 780 CV (582 kW). Para 2007, los motores se limitaron a 19000 rpm.
Una amplia variedad de tecnologías (incluyendo la suspensión activa, el efecto suelo y los turbocompresores) están prohibidos por la normativa vigente. A pesar de ello, la generación actual de coches puede alcanzar velocidades de hasta 350 km/h en algunos circuitos. El récord de velocidad de un coche de Fórmula 1, fuera de los circuitos, lo ostenta un Honda corriendo en una pista de mínima presión vertical en el desierto de Mojave, y que alcanzó una velocidad máxima de 415 km/h en 2006.
Etiquetas: coches, F-1