El Reglamento no contempla sanciones a los árbitros, y por tanto depende de cada Federación si se sanciona o se utilizan ciertos criterios para valorar las actuaciones arbitrales. Normalmente no se sanciona a los árbitros por los llamados "errores de interpretación", como por ejemplo equivocarse al pitar un penalti si tenía poca visibilidad. En algunos países sí se tienen en cuenta los errores arbitrales cuando son debidos a desconocimiento de las normas, a negligencias graves, comportamiento antideportivo (como insultar a un jugador) o mala fé (por ejemplo, alteración de las actas). Más que sancionar, los comités que seleccionan y designan a los árbitros suelen hacer valoraciones de cada actuación arbitral para tenerlas en cuenta posteriormente a la hora de designarlos en los siguientes partidos y/o para decidir a final de temporada quiénes bajarán y subirán de categoría, quiénes serán internacionales, etc. Obviamente, en las categorías inferiores es más difícil demostrar el comportamiento negligente de un árbitro, debido a que no suelen retransmitirse por televisión, no se pueden ver repeticiones, etc. En último término, en los casos más graves como podrían ser la agresión del árbitro a un jugador, amaño de partidos, etc, son los tribunales de justicia los que actúan.